Muchas veces, cuando ponemos de manifiesto la importancia de reducir los residuos i de que éstos no lleguen al medio ambiente, parece que lo hagamos por inercia, porque es tendencia o porque es lo que estamos escuchando últimamente. Pocas veces somos conscientes del impacto directo que éstos pueden generar. En Cetàcea llevamos desde nuestros inicios haciendo divulgación sobre la importancia de evitar que los residuos lleguen al medio ambiente, especialmente al mar. De hecho, a lo largo de nuestras salidas de muestreo en el marco de los proyectos Plomes al Mar y Foto-Identificació: Balenes i dofins al litoral català, no paramos de sacar todo tipo de residuos que, de una forma u otra, llegan al mar.
Hoy, nos ha tocado vivir un episodio triste en una de nuestras salidas. Hacia mediodía, cuando ya llevábamos unas cuantas horas de navegación, una persona de la tripulación ha alertado de que había una tortuga boba (Caretta caretta) flotando en la superficie, cerca del barco. Cuando nos hemos podido fijar mejor, hemos podido ver que era un animal pequeño (posteriormente hemos podido estimar que tendría unos tres años de edad) y que tenía una clase de artefacto creado con una bolsa de plástico, un cordel y unas botellas de plástico atado a una de las aletas anteriores. El animal estaba vivo, pero con claros problemas para mantener una natación normal. De hecho, debido a la flotabilidad de los objetos de plástico, no podía hundirse.
Rápidamente, hemos procedido a rescatar al animal y subirlo a bordo de la embarcación, donde hemos podido ver el mal estado de la aleta, además de constatar que la tortuga se había tragado parte del cordel. Por lo demás, el animal respondía, no parecía que estuviera deshidratado ni demasiado delgado. Inmediatamente nos hemos puesto en contacto con el 112 y desde allá nos han derivado a los Agents Rurals y al CRAM, que nos ha donado unas indicaciones de cómo tratar a los animales y con quienes hemos acordado que vendrían a recoger al animal en el puerto.
Hemos puesto rumbo hacia Vilanova i la Geltrú, desde donde hemos salido hoy. Al llegar allí, ya nos esperaba la veterinaria del CRAM, que después de hacer un examen rápido, ha confirmado el mal pronóstico que tenia la aleta anterior, que deberá ser amputada, pero que por la resta el animal estaba bien. Esta noche, y los próximos días serán decisivos para estabilizar al animal, que seguramente deberá pasar una buena temporada en recuperación. Este hecho, nos muestra una vez más que es absolutamente imprescindible evitar que los residuos lleguen al medio ambiente, especialmente al mar, ya que allí se pueden acabar convirtiendo en trampas mortales para muchas especies diferentes, y toma especial relevancia cuando afecta a especies como la tortuga boba, que está catalogada como vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Hoy, la rápida intervención por parte de nuestro equipo, que cuenta con gente con conocimientos sobre la manipulación y la cura de tortugas marinas, ha permitido rescatar esta tortuga del agua. Además, la buena coordinación con el 112, Agentes Rurales y el CRAM y la rápida y atenta respuesta de estos equipos, ha permitido trasladar este animal al centro de recuperación del CRAM, donde esperamos que se recupere pronto y pueda ser reintroducido al Mediterráneo lo más pronto posible.
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